¿SE PODRÍA MEJORAR EL ABORDAJE DEL TDAH EN ESPAÑA Y EL MUNDO?

Sí. Se podría. Con 5 medidas de alto impacto y viables.

Ésa es la conclusión a la que han llegado 250 expertos directamente relacionados con este problema (psiquiatras, neuropediatras, psicólogos, profesores, pacientes…), a través del Proyecto Pandah (Plan de Acción en TDAH), tras 5 años de estudio sobre cuáles son las principales lagunas a las que se enfrentan los pacientes y sus familiares. Sus conclusiones se publican ahora en el libro “TDAH en España. Propuestas estratégicas”, que puedes descargarte aquí.

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En resumen, las cinco líneas de mejora que los expertos plantean son las siguientes:

Detección

Detectar a tiempo implica aumentar las posibilidades de éxito del tratamiento y reducir la aparición de comorbilidades. Hoy en día el diagnóstico del TDAH es todavía demasiado tardío. Por ello, los expertos proponen establecer un protocolo de cribados para su detección:

En los centros de salud de Atención Primaria, cuando se realicen las revisiones pediátricas regulares, en los centros escolares, gracias a la situación privilegiada que tienen los profesores para observar y valorar la conducta y el funcionamiento cognitivo entre niños de la misma edad, en la población de riesgo (abuso de sustancias, violencia, conducta sexual de riesgo, centros penitenciarios, fracaso escolar…)

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Asistencia a lo largo de todas las fases de la vida

El acceso a los recursos sanitarios y a los profesionales especialistas en TDAH es fundamental para garantizar un correcto diagnóstico, tratamiento y seguimiento del TDAH.

Por ello, los expertos proponen crear protocolos nacionales consensuados para coordinar y comunicar a todos los niveles asistenciales (educación, sanidad, justicia y servicios sociales), como garantía para mejorar la transición a la vida adulta de los pacientes, así como establecer una figura de referencia para asistirles. Esto debería garantizar la igualdad en el acceso a los derechos fundamentales en todos estos ámbitos, evitando la discriminación que actualmente existe entre las distintas Comunidades Autónomas.

Políticas Públicas

Aunque en el último año se han producido importantes avances en el ámbito institucional, se debe seguir avanzando para incluir el TDAH en diversos sectores de actuación pública, fomentando un marco legislativo y ejecutivo. Para ello, es fundamental:

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que se aplique y se desarrolle la LOMCE en las Comunidades Autónomas

que se instauren protocolos de coordinación entre las administraciones (clínicos, escolares, judiciales y de servicios sociales) basados en la Guía del Práctica Clínica del Ministerio, evitando así las diferencias entre Comunidades.

que se desarrolle un documento científico (basado en la evidencia científica más actual) que sirva de base informativa para las autoridades y los gestores institucionales.

La inversión en políticas públicas no sólo redundaría en beneficios vitales para los afectados de TDAH y sus familiares, sino también en el conjunto de la sociedad, pues reduciría el impacto económico sobre la red de servicios públicos: servicios sociales, servicios judiciales, servicios sanitarios, servicios psicopedagógicos públicos, prestación por desempleo, ayudas de los servicios sociales…

Necesidades de formación

Los profesionales que, de forma directa o indirecta, intervienen en el TDAH, no reciben actualmente ninguna formación específica. Por ello, los expertos animan a que este trastorno sea incluido en el plan de estudios universitarios de todos los colectivos implicados en la detección y el manejo de las personas con TDAH: Medicina, Psicología, Magisterio, Pedagogía y Enfermería, además de promover su formación continuada.

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Comunicación y sensibilización

La comunicación de información veraz y sólida sobre el TDAH es la piedra angular para dotar de conocimiento a la sociedad, aumentar su sensibilidad hacia el trastorno y minimizar su estigmatización. Por ello, debe llevarse a cabo un plan de comunicación para dar a conocer a la población las evidencias científicas sobre este trastorno (evolución, tratamiento y coste social). Este plan de comunicación debería llevarse a cabo por:

Los medios de comunicación: por ser la plataforma más poderosa de difusión de información

Las sociedades científicas: por ser la fuente de información más especializada y de prestigio

Las asociaciones de pacientes: por su visión completa y humana del TDAH.

Las conclusiones de este estudio son claras, urgentes y viables. Podrían cambiar la vida de miles de niños, adolescentes y adultos de este país. Y como apunta el coordinador de este proyecto, el Dr. César Soutullo, se han elaborado con la única voluntad de “ofrecer soluciones”.