TDAH y alcohol en la adolescencia




El TDAH y el alcohol es un tema que preocupa sobre todo en la adolescencia, ya que es una época de cambios que afecta tanto a los chicos como a sus padres y supone un gran reto para ellos.

Los datos sobre consumo de sustancias en adolescentes españoles no son nada tranquilizadores y saber que según los estudios los chicos con un TDAH pueden presentar más riesgo de consumo y de conductas relacionadas con el abuso de sustancias aún preocupa más a las familias.


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De todas estas sustancias la más consumida por los jóvenes españoles entre 14 y 18 años es el alcohol, seguido del tabaco y cannabis (ESTUDES 2013. Observatorio español sobre drogas). La edad media de inicio de consumo se sitúa entre los 13 y 16 años.

 ¿Qué factores están especialmente asociados al riesgo de consumo en adolescentes?

El desarrollo neurobiológico normal de un adolescente hace que por un lado haya una sobreactivación de los sistemas relacionados con búsqueda de sensaciones (probar cosas nuevas y excitantes), y por otro los sistemas cerebrales relacionados con al autorregulación y control siguen siendo inmaduros. El propio estilo cognitivo del adolescente hace que éste no valore de modo adecuado los riesgos de sus conductas y por otro lado sobreestima su capacidad de control sobre sus acciones.

La presión de grupo en esta etapa de la vida es muy importante. El refuerzo positivo que ejerce el grupo activa zonas cerebrales similares a las de otras recompensas no sociales.

Presentar un trastorno mental, en especial trastornos externalizantes, tipo trastornos de conducta o TDAH, incrementa el riesgo de conductas de consumo perjudiciales o de abuso. Se considera que hasta un 40-57% de los adolescentes con problemas por uso de sustancias tendrían un TDAH asociado.

¿Qué características del TDAH hacen al adolescente con ese trastorno más vulnerable al alcohol?

La impulsividad, síntoma nuclear, va a facilitar la búsqueda de sensaciones y novedades. Además son chicos que no valoran de modo correcto el riesgo y que no aprenden fácilmente de la experiencia. Este mayor riesgo se relacionaría con la disfunción del cortex prefrontal, zona cerebral altamente implicada en el TDAH y sus síntomas y en el control/regulación de la conducta del individuo, y a la desregulación de los circuitos relacionados con inhibición de respuesta y funciones ejecutivas. Otros factores como la baja autoestima, los cambios emocionales frecuentes, la baja tolerancia ala frustración o la necesidad de aprobación por el grupo también tendrían su influencia.

TDAH y alcohol con comorbilidades

Según los últimos estudios, no parece que tener TDAH en sí sea un factor tan grave de riesgo de consumo. Sí hay claras evidencias que revelan que el TDAH puede ser un factor de riesgo para desarrollar hábito tabáquico, pero no para el resto de sustancias. Parece ser que el riesgo de conductas de abuso de sustancias para un joven con TDAH estaría mediado por la presencia de un trastorno de conducta asociado al TDAH. Así, un chico con un TDAH sin factores de riesgo del trastorno asociados y sin comorbilidades (padecer dos o más trastornos a la vez), en especial trastornos de conducta, no tendría porqué estar más predispuesto a consumir alcohol que cualquier otro joven de su mismo entorno sin TDAH.

Es muy frecuente que el TDAH se asocie a otros problemas clínicos, de hecho se calcula que  en pacientes diagnosticados de TDAH hasta un 40-60% presenta además un trastorno de conducta (p.e. trastorno negativista desafiante o T. conducta disocial).

Así que lo que parece claro es que será preciso tratar el TDAH y sus complicaciones y comorbilidades asociados para para que no haya un mayor riesgo de abuso de alcohol en la adolescencia.

Diversas evidencias apoyan la afirmación de que el tratamiento farmacológico específico del TDAH durante la infancia ejerce un efecto protector respecto al desarrollo posterior de trastornos adictivos durante la adolescencia e inicio de la edad adulta.
¿El tratamiento farmacológico para el TDAH puede suponer un riesgo para el desarrollo de conductas de abuso o facilitaría el consumo de alcohol?
Esta es una duda frecuente.

Los estudios que se han realizado de carácter longitudinal y las revisiones sobre distintos trabajos publicados, han demostrado que el tratamiento con psicoestimulantes no incrementa el riesgo de desarrollar problemas por abuso de sustancias o mayor consumo de alcohol.

Otras publicaciones han evidenciado que el potencial de inducción de abuso del tratamiento para el TDAH variaría en función de cómo funciona el fármaco en el cuerpo, siendo un elemento clave la rapidez con la que se produce el pico plasmático tras su administración (el momento en que la concentración en sangre es máxima), algo modulable en función de la vía utilizada (oral o intravenosa) y la presentación (liberación inmediata frente a retardada).

Otro descubrimiento reciente respecto al tratamiento farmacológico es que si bien es verdad que no aumenta el riesgo de consumo de bebidas alcohólicas, tampoco protege frente a ello como así se creía.

¿Qué pasa si mi hijo tiene adolescente con un TDAH tiene un problema activo por consumo de alcohol?

En el adolescente con TDAH, que ya ha desarrollado un trastorno por consumo de sustancias, la literatura médica indica que el tratamiento farmacológico específico para el TDAH mejorará la clínica del TDAH, sin que en principio vaya a tener un efecto beneficioso sobre las conductas de consumo; sí parece descartable que el tratamiento empeore o agrave el consumo.

En resumen…

La adolescencia es un periodo de la vida especialmente vulnerable a la experimentación con sustancias, en especial alcohol y tabaco (búsqueda de sensaciones, presión del grupo, minimización de los riesgos). Padecer un TDAH hace que de por sí se busquen más activamente situaciones novedosas y excitantes sin poder calibrar los peligros adecuadamente y sin que una mala experiencia sirva como aversivo para futuras situaciones similares. La baja tolerancia a la frustración o la necesidad de ser aceptado por los demás también influyen a la hora de consumir alcohol. Sin embargo a pesar de todos estos riesgos, se ha evidenciado que el TDAH en sí no presupone un mayor peligro de consumo de bebidas alcohólicas, sí lo sería la suma de TDAH y trastornos de conducta.

Por lo tanto, tratar de modo adecuado el TDAH desde el momento del diagnóstico y sus problemas asociados va a proteger al adolescente de verse involucrado en situaciones de abuso de alcohol, dependencia o alcoholismo. No debemos olvidar que el tratamiento del TDAH es multimodal y que incluye además de terapias psicosociales y apoyos escolares, si es preciso, un tratamiento farmacológico. El tratamiento farmacológico existente para el TDAH en España actualmente, es seguro, no aumenta el riesgo de consumo de alcohol y se puede prescribir aún en el caso de que hubiese un consumo de alcohol activo. Es importante recordar que el tratamiento sólo puede prescribirlo un médico especialista con experiencia en TDAH (psiquiatra infantil, neuropediatra o pediatra) tras la evaluación de cada paciente. Si tienes alguna duda, debes consultarla con tu médico.

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