CÓMO MEJORAR EL TDAH DE TU HIJO EN LA COLA DEL SUPERMERCADO




Sólo las personas con un hijo con TDAH saben el trabajo que esto implica a diario. Igual que también saben ver el sello único que hace de ese hijo, alguien muy especial. Por muy duro que haya sido el día, en algún momento logra sacarte una sonrisa que te llena de fuerzas para seguir adelante…


Las rabietas por no querer hacer las tareas, (“siempre tiene algo más importante que hacer”), la cantidad de veces que tienes que llamarlo para que se duche, para que venga a cenar, para que deje el juguete y se cambie de una vez porque si no llegará tarde al colegio… Todo eso es algo inherente al propio trastorno. El TDAH hace de tu hijo, un niño diferente a sus hermanos y otros niños, lo convierte en una persona muy dependiente que requiere de tu supervisión de manera constante.

Lo que te proponemos aquí no es que emprendas una carrera agotadora de máxima exigencia, sino más bien que sepas aprovechar los momentos rutinarios para entrenar las funciones ejecutivas de tu hijo con TDAH (e incluso el de sus hermanos, si esto no plantea un conflicto entre ellos).
Comprender el cerebro con TDAH
Es importante conocer el funcionamiento del cerebro de tu hijo con TDAH y saber las cosas que debes entrenar, desarrollar y fomentar en él:
La capacidad para alcanzar las metas.
Saber seguir instrucciones.
La capacidad de planificación.
La memoria de trabajo.
La flexibilidad cognitiva.
La capacidad de gestionar el tiempo.
El control de sus impulsos.
La tolerancia a la frustración.
La gestión de los tiempos de espera.
En realidad, el día a día te da muchas oportunidades y momentos para poder entrenar con él estas habilidades adaptando la dificultad del entrenamiento a su edad.
En el supermercado
Mejorar la amplitud de su memoria de trabajo

Reteniendo en la cabeza “x” cantidad de productos (empezar con pocos) y que diga “stop” cuando se hayan colocado esos productos que él debía memorizar en el carrito o cesta. También puede ir a ver los precios de estos mismos productos y volver a decírnoslo. Probablemente comprobarás que los precios de las cosas que a él le motivan (como un juguete) los retiene perfectamente. Por eso, el verdadero desafío es lograr que retenga un dato que no le interese.

Entrenar su capacidad de seguimiento de instrucciones

Darle instrucciones sobre productos que debe ir cogiendo de manera secuenciada (empezar por pocas cosas). Por ejemplo, si se van a comprar los ingredientes para preparar una sopa, ir buscándolos y cogiéndolos en un orden establecido. 

Entrenar en la priorización de lo importante e identificar lo irrelevante

Colocar en el carrito o cesta algo absurdo, que no tenga nada que ver con la compra familiar habitual, y que él intente identificar del grupo de objetos del carro lo que no es relevante para la compra familiar que están realizando. 

Entrenar en el control de los impulsos

Decirle que debe convencerte de no comprar algo por lo que tú te has “encaprichado”, por ejemplo, algo de maquillaje o una colonia. Su tarea es convencerte con argumentos razonables de por qué no debes hacer ese gasto. Con esto le transmites que no se deben comprar las cosas por impulsos.

Trayectos en coche
Mejorar la atención selectiva

Debe buscar los coches cuyas matrículas acaben en los número que elijas. Si el objetivo es que haya una alta frecuencia  elige un único número. También se puede practicar con el color de los coches. Lo importante es que tu hijo retenga en la memoria la cantidad de coches que va viendo con las características que le hemos dicho. Ten en cuenta que si le pides que busque los coches con un número de dos cifras o combinación de letras, esto les obliga a mantener una atención selectiva en el juego.

Entrenar su capacidad de priorización y secuenciación

Pídele que te diga los pasos necesarios para…: hacer un huevo frito, organizar una fiesta o ir a ver un partido de fútbol al estadio. Lo que se te ocurra. Lo importante es darle una cantidad de pasos cerrados para que sus cebreros procesen la información y sean capaces de priorizar y secuenciar. Le puedes ir añadiendo mayor dificultad pidiéndole más pasos y con tareas cada vez más complejas. 

Entrenar su capacidad de categorización

Dile un grupo de palabras (primero empezar con objetos concretos y luego avanzar hacia conceptos abstractos) y pedirle que las separare en grupos. Le costará hacerlo al principio e intentará decir una palabra por cada objeto que le has dicho, limítale la cantidad de grupos que puede formar.

Trabajar su tolerancia a la frustración

Cada miembro de la familia, por turnos, debe comentar algo que le ha provocado mucha frustración. Los demás lo escuchan y al finalizar, cada uno debe dar una puntuación, del 0 al 5 por ejemplo, sobre la intensidad de frustración que ellos creen que el otro ha sentido.
Tiempos de espera
Mejorar la amplitud de su memoria de trabajo

Jugar a las palabras encadenadas (uno dice una palabra, el siguiente repite la anterior y agrega una más y así sucesivamente). Se puede variar con frases intentando construir una historia. También se puede practicar otra variante con un dado. Un participante tira el dado y dice el número que le ha tocado, luego el siguiente participante dice el número del anterior y el suyo, y así sucesivamente. Otra forma de entrenar su memoria de trabajo es pedirle que te diga el abecedario con nombres de chicos, por ejemplo: Álvaro, Benito, Carlos, Daniel…

 Entrenar su flexibilidad cognitiva

Debe convencerte de que algo es muy bueno (lo contrario a lo que él piensa en realidad). Si no le gusta llevar uniforme, que defienda las ventajas de llevar uniforme; si es del Madrid, que defienda lo bueno que es ser del Barça. También podéis jugar al SÍ es NO y el NO es SÍ. Podéis mantener una conversación intercambiando el SÍ por el NO y viceversa, pero es importante que ambos recordéis las reglas…

Mejorar su fluidez verbal

Tu hijo debe decir la mayor cantidad de palabras que pueda en un minuto. Se puede jugar con diferentes categorías semánticas (animales, ciudades, equipos de fútbol, etc.) o por fonológico (palabras que comiencen con F…).

Mejorar la regulación del tiempo

Se puede practicar a intentar calcular cuándo ha pasado un minuto, desde que se haya dado la indicación. Por su impulsividad es posible que lo diga a los 20 o 30 segundos. Gana el que más cerca del minuto ha estado.
Anuncios de televisión
Mejorar la organización de su discurso oral

El momento de la publicidad suele ser un momento en el que el niño se pone a dar volteretas en el sillón, o a pelear con sus hermanos. Pídele que te haga un resumen de lo que ha pasado en la película, que te cuente que parte le gustó más, qué cambiaría, cómo le gustaría que acabase, que describa a un personaje…


Mejorar su memoria visual

Con un poco de plastilina o con una hoja y unos lápices pídele que dibuje a uno de los personajes de la serie o la película (de libre elección o seleccionado).
La clave de estos juegos es lograr la motivación del niño, cosa que no es fácil, pero si lo consigues, pasaréis unos momentos divertidos.

Con estas actividades no sólo entrenarás una zona de su cerebro que presenta una mala conectividad neuronal sino también le prestarás atención de una manera sana, evitando las “llamadas de atención disruptivas”, como llantos y rabietas. Si reduces las circunstancias que provocan “malos actos”, evitarás pasarte el tiempo castigando el mal comportamiento y fomentarás que se produzcan ocasiones para premiarlo por los buenos comportamientos.

creditos tdah y tu
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